
Hace un tiempo me sentía atrapada en la rutina. Levantarme, trabajar, correr de aquí para allá, y al final del día pensar: “¿Y todo esto para qué?”. Seguro te ha pasado también. Por eso, hace un tiempo descubrí el concepto de slow living, o vida lenta, y poco a poco empecé a aplicarlo en mi día a día. Y déjame decirte: ha cambiado totalmente cómo me siento y cómo vivo cada momento.
El slow living no es algo complicado ni un estilo de vida exclusivo de personas con mucho tiempo libre. No se trata de dejar todo y mudarte a una cabaña en el bosque (aunque si eso suena bien, ¡bienvenido también!). Es más simple: es aprender a disfrutar lo que haces, a estar presente, a poner atención en las cosas pequeñas y a reconectar contigo misma.
¿Qué significa realmente slow living?
Cuando escuchas “vida lenta”, puede sonar a flojera o a no hacer nada, pero nada más lejos de la realidad. Slow living significa vivir con intención. Significa detenerte, respirar y darte cuenta de lo que estás haciendo en cada momento. Significa elegir calidad sobre cantidad: en tu tiempo, en tus relaciones, en tus hábitos.
Para mí, esto empezó con algo tan simple como tomarme 10 minutos por la mañana para respirar y escribir tres cosas por las que me siento agradecida. Ese pequeño ritual me ayudó a empezar el día con otra energía. Y no necesitas nada sofisticado: solo un cuaderno, un bolígrafo y tu respiración.

Beneficios de practicar slow living
Los beneficios son más de lo que esperaba. Entre ellos:
- Menos estrés y ansiedad: Cuando empiezas a enfocarte en lo que realmente importa, los problemas parecen menos abrumadores.
- Mayor claridad mental: Tomarte un momento para ti misma cada día ayuda a tomar decisiones más conscientes.
- Más disfrute de lo cotidiano: Comer, ducharte, caminar, escuchar música… todo se siente más especial.
- Reconexión contigo misma: Es fácil perderse en la rutina; slow living te ayuda a recordarte que tú eres importante.
Y no solo lo digo yo, muchos libros sobre bienestar y mindfulness lo confirman. Algunos que me encantan y que te pueden inspirar son “El arte de la felicidad” de Dalai Lama y “La magia del orden” de Marie Kondo. Ambos te dan ideas simples para aplicar en tu día a día y sentirte más tranquila y presente.
Cómo empezar con slow living hoy mismo
No necesitas cambios drásticos. Aquí te dejo algunas ideas que yo aplico y que funcionan:
- Respira y vuelve al presente: Dedica unos minutos cada día a sentarte, cerrar los ojos y notar tu respiración. Esto te ayuda a desconectar del estrés y a centrarte en el ahora.
- Crea un espacio sagrado: Un rincón de tu casa donde te sientas bien, con una vela, una planta o algo que te guste. Este será tu refugio de calma.
- Escribe tus intenciones: No solo las tareas del día, sino cómo quieres sentirte. Puede ser: “Hoy quiero estar tranquila”, o “Quiero disfrutar de mis momentos sin prisas”.
- Movimiento consciente: Estiramientos, yoga o caminar en silencio ayudan a liberar tensión y a conectar con tu cuerpo.
- Conecta con la naturaleza: Aunque sea un ratito al aire libre, observar el cielo, el viento o las plantas te recarga de energía y paz.
Si quieres un acompañamiento más completo, te invito a unirte gratis a mi Reto Vibra Interior: 7 días de Calma y Claridad, donde paso a paso te guío para empezar a practicar slow living, respirar, meditar, moverte y reconectar contigo misma. Es muy sencillo y puedes hacerlo desde casa.
Con estos pasos ya tienes lo esencial para empezar con la meditación.

Consejos para mantenerlo
No te preocupes si un día no lo haces todo perfecto. La vida lenta no se trata de cumplir reglas, sino de sentirte bien mientras lo aplicas. Puedes empezar con uno o dos hábitos y poco a poco sumar más. La clave es la constancia, no la perfección.
Al final del día, slow living te ayuda a:
- Vivir con intención, no por inercia.
- Apreciar lo que tienes.
- Sentirte más tranquila y equilibrada.
Mi recomendación final
Si quieres empezar con slow living, mi consejo es simple: respira, observa y toma pequeños pasos cada día. No necesitas grandes cambios, solo momentos conscientes. Y si quieres profundizar más, unirte a la comunidad del reto es una manera increíble de empezar. Además, puedes leer más sobre estos temas en mi blog, donde comparto tips, experiencias y recursos para reconectar contigo misma.
Recuerda, no se trata de hacerlo todo a la vez. Cada pequeño paso cuenta y te acerca más a una vida más plena y tranquila. Puedes empezar hoy mismo: respira un minuto, mira a tu alrededor y aprecia algo que normalmente pasarías por alto. Ese es el verdadero inicio del slow living.
Si te ha gustado este artículo y quieres seguir aprendiendo sobre slow living, manifestación, bienestar y reconexión, te invito a unirte a nuestra comunidad. Aquí compartimos tips, recursos y apoyo para vivir con más calma y conexión cada día.
💌 No te pierdas el Reto de 7 Días de Reconexión, un plan práctico para reconectar contigo misma, respirar, meditar y crear pequeños hábitos que transforman tu bienestar. Es la manera perfecta de empezar a aplicar todo lo que hablamos aquí en tu vida diaria.